Una boda y un viaje inolvidables


Hace unos días recibimos la invitación para acompañar a un par de amigos a la celebración de su boda en un pequeño pueblo de España. En una llamada nos contaron los detalles necesarios para el alojamiento, arribo y la idea general del festejo. No podemos estar más emocionados con el plan. Conforme nos iban compartiendo pequeños detalles sobre el tipo de boda que realizarán, me puse a pensar que una boda destino ofrece mucho a los novios y a los invitados mismos en cuanto a una experiencia de viaje se refiere. Hoy te quiero cómo lo vivimos en nuestro gran día y lo que aprendí de ello.

Al inicio de todos los preparativos de la boda, nos detuvimos a pensar que era muy acertado casarnos en un viaje dado que era uno de nuestros pasatiempos preferidos. Nos gustaba la idea de que todos los invitados tomaran un avión, se sintieran en un moodde vacaciones y que vieran nuestra fiesta como un pretexto para salir de la ciudad. Lo más importante para nosotros era generar un ambiente muy amigable entre nuestros seres queridos desde un inicio, así que se nos ocurrió sugerir a todos nuestros invitados que se quedaran en el mismo hotel en donde celebrábamos la ceremonia y recepción: el Hotel Las Brisas de Huatulco, Oaxaca. ¡Lo logramos! Todos se hospedaron ahí y tuvieron la oportunidad de compartir también los desayunos y horas en el mar. Para nosotros era importante que tuvieran resuelto el tema de hospedaje, traslados internos y comidas, para que fuera todo muy sencillo (no era poco pedir que fueran a otro lugar a una boda, al menos no entre mis allegados) y tuvieran un recuerdo de la experiencia de nuestra boda muy placentero en todos los sentidos. Además, queríamos que ellos participaran de forma activa en todo el festejo, para lo cual organizamos cosas como juegos de cartas, globos de luz, actividades en la piscina, baile bajo las estrellas. La buena vibra de nuestras familias y amigos fue tanta que aunque era la primera vez que muchos de ellos se veían se tuvo la sensación de ser viejas amistades. 



Me di cuenta que una boda destino no sólo se preocupa por los colores y el estilo de la boda, sino que va más allá. Tiene que ver con todo el ambiente que se crea, la manera en que se trata a los invitados, se planea la recepción, se desarrolla todo el festejo y probablemente el que se decida hacer otras actividades aprovechando que se está en una playa; las posibilidades son infinitas. Por ello, como he mencionado en mis post, el apoyo de una coordinadora o coordinador de boda es muy importante, ella o él sabrán aconsejarte sobre las alternativas más viables y de mejor calidad para ofrecer opciones atractivas, seguras y fáciles de realizar de acuerdo a la época del año. Marce Villaseñor justo nos ayudó a armar la agenda completa como la queríamos “de pe a pa”.



Una vez que tengas claro todo el programa, te recomiendo ampliamente incluir a todos tus invitados. La sensación de no formar parte de alguna actividad, es desagradable y le puedes sacar mucho partido a que todos se integren de manera armónica. ¿La inversión es mayor? Sí, sí lo es. Pero el recuerdo tan cálido que les quedará a ustedes como pareja, a tu familia y amigos será tan grande que no te arrepentirás ni un segundo de todo lo que pagaste por ello y créeme, tu wedding planner tendrá siempre alternativas que se ajustarán a tu presupuesto. 

Otra cuestión importante a considerar, es compartir la información clara en cuanto a las actividades que se realizarán y el tipo de ropa o outfit que se necesita. Imagina que quieres subir a todos en un catamarán,  alguien sufre de vértigo en el agua y no lleva pastillas; o bien, quieres hacer actividades en el agua y no le informas a tus invitados que tienen que llegar listos con traje de baño. Es mejor tomar decisiones con tiempo, para que en el momento que entregas invitaciones o incluso antes, les hagas saber todo lo que tu y tu novio están organizando. 

Finalmente, te recomiendo que para darle un toque especial a todos los eventos te apoyes en souvenirs, pequeñas artesanías, tarjetitas personalizadas, menús adecuados a las exigencias culinarias o nutricionales de tus invitados; todo aquello que haga sentir a tus invitados muy especiales. 

Leía en un blog sobre viajes la siguiente frase “Las mejores cosas de la vida son: la gente que amamos, los lugares en los que hemos estado, y los recuerdos que hemos hecho en el camino.” Qué mejor que juntar todo el día de tu boda generar toda una experiencia romántica y con una explosión de alegría que se recordará por años. 


Hasta pronto y espero sigas disfrutando la planeación de tu boda. 



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