El sueño de boda

Este post podría comenzar contando lo mucho que soñaba con el día en que llegara mi boda. Pero no es así. Nunca, nunca, nunca quise imaginar cómo sería mi fiesta de boda el día en que esta sucediera, ni mucho menos si quería casarme en mi ciudad, en una playa, en un pueblito de México, nada. Así que cuando llegó el día de platicar del tema con mi novio, de mi parte todo estaba en blanco. Él fue el que sugirió casarnos en el mar, porque era su sueño, y a partir de entonces se convirtió en el nuestro. Hoy te quiero contar cómo fue que construimos nuestro sueño de boda y lo que aprendí de ello.

Partimos de la idea de casarnos a la orilla del mar. Conforme pasaron los días le fuimos dando forma a partir de nuestra personalidad, lo que más nos había gustado y disgustado de bodas anteriores y de mirar nuestras redes sociales preferidas en ese momento, Pinterest y YouTube. Además fuimos repensando algunas cosas conforme platicábamos con nuestras mamás, hermanas, amigas y amigos. Pero sobre todo, siempre buscamos que cada elemento que se incorporara fuera fiel a nosotros mismos. Todo el tiempo fuimos cómplices al momento de decidir no seguir alguna tradición o incorporar alguna nueva, más allá de lo que nuestras familias o amigas/os pudieran pensar. 

Así que poco a poco fuimos imaginando el evento y las actividades que también acompañaron a nuestro gran día, desde nuestro corazón. Queríamos brindar con todos nuestros invitados una noche antes, música de mariachi, una ceremonia junto al mar, focos en la pista y mucho baile, queríamos correr y brincar con todos de alegría y al final hemos conseguido que todo se hiciera realidad.

Hubo un detalle que dos meses antes en la boda me di cuenta que era posible y que no había comunicado a mi novio porque lo veía incompatible, ¡sólo dos meses antes! Durante el viaje de coordinación que hicimos a Huatulco, tras revisar detalle a detalle las cosas, pasamos junto a un jardín encantador en el Hotel Las Brisas, nuestro lugar para la fiesta de boda. Pero no teníamos nada planeado ahí. Aunque estaba convencida de querer casarme junto al mar (menos mal, me dijo mi novio) le confesé que mi corazón me latía de desarrollar una parte de la boda en un jardín. Aun recuerdo que a las 10:00 pm caminamos por todo el hotel pensando en cómo incluir este sitio pues mi sueño no podía quedarse pendiente. Al final, cerca de la media noche, decidimos que ese sería el lugar ideal para celebrar la ceremonia civil. Definitivamente fue un cambio que se pudo hacer en tiempo y fue una experiencia maravillosa darnos el sí con la naturaleza de un jardín de fondo y el mar en todo su esplendor frente a nosotros. 

Hoy con la perspectiva que me da el tiempo, me doy cuenta de cómo se enriquece este sueño a medida que va avanzando el calendario. Que no se trata de un sueño de boda sino de muchos sueños de boda. En general aprendí que todo es posible si estás cerca de un experto o coordinador/a de boda, pero que también como en muchas cosas en la vida, es necesario contar con alguien que te ponga los pies sobre la tierra y que es mejor seguir tus gustos a buscar agradar a todos. 

Por lo que si estas al inicio, mitad o final de los preparativos de la boda te quiero compartir algunos tips que te pueden ayudar a lograr realmente su sueño de bodas sin todo el remolino de posibilidades que van surgiendo sobre la marcha: 

      Platica mucho con tu novio. 
El día de la boda se trata de que ambos sean felices y que todo lo que se negocia sobre la planeación de la boda los deje a ambos siempre satisfechos. No se vale dejar sueños escondidos, se trata de que todo sume y se logre un festejo bonito. Tanto si él se involucra como si no, se trata de un evento que marca el inicio de una vida juntos, así que es un gran momento para conjuntar anhelos y formas de diversión. 
      Sueña con los pies sobre la tierra. 
Con todas las voces que opinan durante la planeación de tu boda y todo lo que vas leyendo en internet es mejor encontrar a alguien que te centre para que la fiesta no se salga de su esencia y presupuesto.  En general son las mamás (la mía lo fue sin duda) quienes te ponen los pies sobre la tierra y hacerte recomendaciones oportunas. 
      Identifica al (mal) influencer cercano a tí. 
¿Cómo explicar este punto? Seguramente has notado que hay un familiar o amiga/o que quiere decirte la verdad sobre cómo se hace una boda, en dónde hacerla, a quién invitar. El problema es cuando tu idea de boda no coincide con las recomendaciones que estás escuchando. Dado que esta persona sin duda es importante en tu vida, te sugiero la escuches y agradezcas; después si es oportuno des una amable explicación de por qué no seguiste el consejo para evitar conflictos post boda.
      Dale rienda suelta a la imaginación.
Lo más importante es no buscar agradar a los demás. Hay mil alternativas y todas son válidas. Incorpora todo lo que te gustes y recuerda siempre darte la oportunidad de soñar en grande para este día.

Hasta pronto y espero sigas disfrutando la planeación de tu boda. 
  

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